Mauritania, un gran regalo

Diawling es un lugar sorprendente y poco conocido. Esta vez la frontera no me deparó ningún susto. Coger un sept places hasta Saint Louis (norte de Senegal), luego un taxi colectivo hasta Diama, bajar, pasar el desértico control, atravesar el puente sobre el río caminando con mi mochila a la espalda, pasar el control mauritano y listo. Ni una pregunta de más, ni un contratiempo, ninguna cola ni espera, ningún obstáculo me aguardaba. En apenas cinco minutos, de un país a otro. Así da gusto.

Pero lo mejor estaba por venir. El parque nacional de Diawling se encuentra en el sur de Mauritania, entre el mar y el río Senegal, y, pese a ser mucho menos frecuentado que su “vecino” parque senegalés del Djoudj, no es menos espectacular. Cientos de miles de pájaros de todos los tamaños y colores pasan algún tiempo en este impresionante humedal en su camino entre África y Europa. Me encontré con cientos, miles de ellos, mientras atravesaba una pista de tierra camino de Nouakchott que, instantes después, se adentraba entre impresionantes dunas enrojecidas por la luz del atardecer.

Pelícanos en Diawling

He vuelto a Mauritania. Y me ha vuelto a sorprender. La primera vez que visité este país fue tras el golpe de estado que depuso al presidente Taya, allá por el año 2005. Recuerdo que había una epidemia de cólera en la capital. Luego estuve varias veces en 2006 cubriendo el tema de la inmigración y, finalmente, en 2007, lo crucé de norte a sur con mi buen amigo Magec Montesdeoca y con Ventura del Carmen. Salimos de Nuadibú y pasamos por Nuakchot, Aleg, Kiffa, Ayoun el Atrous y de ahí hacia Gogui para entrar en Malí por Nioro du Sahel. Un viaje de locos, pero increíble a la vez. La arena, la gente, los animales, la luz, todo entra por los ojos como un regalo en este país.

Varios asuntos me traen a Mauritania. El jueves hubo una gran manifestación contra el presidente Abdelaziz, un militar que se alzó con el poder mediante un nuevo golpe de estado. Y para mañana sábado está previsto que regrese tras haber pasado más de un mes en París después de que un soldado le disparara. Al parecer y según la versión oficial, por error. Persisten muchas dudas e incógnitas sobre todo esto y el clima político del país está un poco revuelto. Me gustaría saber qué está pasando en este enorme de país de tan solo tres millones de habitantes. Descubrirlo y contarlo, claro. Otros temas y reportajes ya están también en el fuego. Cocinándose a fuego lento.

Hoy es mi cumpleaños. Cuarenta y un pirulos. Lo he pasado trabajando en Nuakchot, escribiendo y haciendo entrevistas, concertando citas y preparando los días que voy a pasar en este país. Hace un rato me lo dijo mi padre: “Mejor pasarlo trabajando que buscando trabajo”. Pues eso digo yo también. Les iré contando. Prometo.

2 comentarios en “Mauritania, un gran regalo

  1. Pepe: Eso hace quien tu sabes; trabaja y deja los coches bien aparcados, pegados unos a otros e incluso en fila … pero una fila perfecta. Si quiere es un máquina en recoger y ordenar, pero si no, es todo lo contrario.

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